Fútbol y recuerdos: Talleres para estimular emociones en mayores
El fútbol como herramienta de conexión emocional
El fútbol no es solo un deporte; es una paleta rica en emociones que permite conectar con recuerdos y vivencias. En un conmovedor episodio, un enfermo de Alzheimer recuperó su voz al observar una fotografía de un partido en el museo de fútbol de Hampden Park, declarando: “yo estuve allí”. Este instante simbólico resalta cómo el fútbol, a menudo, se convierte en un vínculo inmortal con el pasado. En España, la Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos (FEAFV) y la Fundación LaLiga han adoptado esta idea, llevando talleres de reminiscencia a residencias para mayores.
Un proyecto que revive memorias
Roberto Solozábal, exjugador del Atlético y actual vicepresidente de la FEAFV, comparte el origen de estos talleres: “Juan María Zorriketa, nuestro alma mater, trajo a España esta iniciativa tras conocer la historia en Escocia”. Durante una de estas sesiones en Ballesol, Alcobendas, Solozábal menciona que “el fútbol es solo una excusa. Lo que realmente importa son los bonitos sentimientos que emergen en los participantes”.
En esta ocasión, el evento contó con José Armando Ufarte, un ícono del fútbol español, que fue comparado con las superestrellas actuales. Juntos, los presentes alzan la voz y el espíritu mientras entonan el himno del Atlético. “¡Chicos! Primero se canta el himno”, instan los veteranos, generando un ambiente festivo que logra que todos dejen de lado cualquier rivalidad.
Salud mental y fútbol: una combinación significativa
La directora de la Fundación LaLiga, Olga de la Fuente, detalla que estos talleres no solo buscan entretener, sino también mentalmente estimular a los mayores, incluyendo aquellos con Alzheimer u otros problemas cognitivos. “Es una idea excepcional unirnos a la FEAFV. El deporte, y particularmente el fútbol, logra reunir diferentes generaciones y recobrar memorias en nuestros mayores”, destaca de la Fuente.
Cada temporada, este proyecto alcanza a 700 personas mayores a lo largo del país, organizando un total de 40 talleres que se dividen en doce sesiones de dos horas. Durante estos encuentros, se comparten fotos antiguas, historias de leyendas futbolísticas, y visitas a estadios. Según Solozábal, los terapeutas se asombran: “Nos decían que no durarían más de 45 minutos, pero si estamos tres horas, ellos disfrutarían por igual”.
Emociones a flor de piel
La evolución de los participantes es notable. Desde el primer encuentro hasta el último, hay un sentido de transformación. Aunque hay momentos difíciles, el fútbol se convierte en un vehículo para hablar de la vida y revivir emociones. Las sonrisas y la felicidad regresan a esas vidas compartidas. En definitiva, el fútbol una vez más demuestra que su impacto va más allá del terreno de juego, actuando como un puente hacia la felicidad y la conexión emocional.