Granada y Burgos firman un empate sin goles y sin fútbol

Granada y Burgos no logran romper el empate

En un partido marcado por la presencia del huracán Uzuni, el Granada y el Burgos firmaron un empate sin goles que dejó un sabor agridulce en Los Cármenes. Los aficionados estaban ansiosos por ver cómo sería la recepción del delantero albanés, quien, a pesar de las especulaciones, apareció en el palco, recibiendo el cariño de los hinchas más jóvenes y generando un ambiente cargado de emociones antes del inicio del crucial encuentro.

Un comienzo tenso

El entrenador del Granada, Escribá, optó por contar con Weissman y Reinier en la delantera, mientras el lateral izquierdo era cubierto temporalmente por Rubén Sánchez. Por su parte, el Burgos, dirigido por Ramis, apostó por Espiau como referencia ofensiva, aunque ambos equipos enfrentaban importantes bajas en sus plantillas. Los burgaleses querían aprovechar los problemas extradeportivos de su rival para intentar sorprender desde el principio. Pipa tuvo la primera ocasión del partido con un disparo desde fuera del área, aunque sin inquietar demasiado al portero local.

La atmósfera en la grada era de incertidumbre, con un inicio en el que el Granada parecía frío y poco activo en el campo. Los cánticos de apoyo hacia Uzuni se mezclaron con gritos de protestas hacia la directiva, generando un ambiente de división entre los aficionados. A pesar de esto, el Granada empezó a tomar la iniciativa en el juego, pero su falta de intensidad era evidente.

Un primer tiempo sin goles

Aunque el Granada disfrutó de más llegadas al área, el portero visitante, Cantero, tuvo una tarde tranquila. Williams no logró acertar con el marco en un par de ocasiones, y el joven Tsitaishvili, que fue el más destacado del encuentro, tampoco pudo marcar. Antes del descanso, un gol de Rubio fue anulado por fuera de juego, y el marcador se mantenía en cero.

El arranque de la segunda mitad no trajo mejoras visibles para el Granada. La afición seguía presionando, mientras que el Burgos encontró varias oportunidades para anotar. Ojeda falló una clara ocasión que pudo cambiar la dinámica del partido, y poco después, Curro, en un mano a mano dentro del área, no pudo superar a Luca Zidane, que realizó una gran intervención.

La lucha final

Con la entrada de Boyé, el juego del Granada cobró algo de vida. El argentino tuvo una clara oportunidad que desperdició al enviar el balón fuera de la portería, llevando a la afición a animar con más fuerza a su equipo. No obstante, la creatividad se limitaba a la figura de Tsitaishvili, quien intentó generar peligro, pero no logró convertir sus esfuerzos en goles.

A medida que avanzaban los minutos, el Granada buscaba afanosamente abrir el marcador. Jozwiak, quien ingresó para zarandear el juego, tuvo una ocasión en un tiro libre que Rubio remató pero que se fue apenas desviado. En los minutos finales, la tensión se intensificó y ambos arqueros se convirtieron en protagonistas: primero Cantero, quien salvó un mano a mano, y luego Luca, que realizó una espectacular parada ante un tiro libre.

El desenlace fue un 0-0 que, aunque dejó un punto para cada equipo, aleja al Granada de la parte alta de la tabla y sitúa al Burgos en una cómoda mediocridad. La atención, hoy, se centró más en lo que sucedía en la grada que en el campo.