La caída libre del Valencia se acelera ante Las Palmas
En una noche trágica para el Valencia, el equipo de Baraja se quedó a merced de Las Palmas, quienes con tres rápidos goles le asestaron un contundente golpe en Mestalla, culminando en una derrota por 2-3. La esperanza se esfumó para una afición que agotó localidades, mientras el equipo luce cada vez más distante de la grandeza que una vez tuvo. Este nuevo tropiezo deja al Valencia sumido en una situación complicada, con solo una victoria en su haber y la necesidad urgente de encontrar estabilidad en la tabla.
Si bien el comienzo del partido mostró destellos de ambición, el Valencia rápidamente se volvió a ver atrapado en sus propias dudas. Aún con el aliento de los 42,452 aficionados en las gradas, el equipo no supo mantener la ventaja inicial lograda desde el punto penal por Pepelu, cuando apenas corrían 14 minutos de juego. Fue un destello de libertad momentánea, pero que pronto se disipó al encontrar que Las Palmas no estaba dispuesta a rendirse.
El ambiente se tornó tenso cuando el árbitro Gil Manzano decidió mostrar la tarjeta amarilla en repetidas ocasiones, acumulando un total de 14 amonestaciones y una roja a favor del conjunto canario, lo que dejó al Valencia en una clara inferioridad numérica tras la expulsión de Pepelu. La ansiedad comenzó a hacer mella en los jugadores, quienes ya mostraban signos de una crisis que no logran detener.
Con el paso de los minutos, Las Palmas comenzó a mostrar su poder ofensivo. Antes del descanso, Januzaj logró igualar el marcador tras una impresionante jugada que dejó a la afición local en un profundo silencio. La segunda mitad se tornó un verdadero calvario para el equipo che, que vio cómo Las Palmas, en un arrebato de confianza, puso el 2-1 en el marcador con un gol de Fábio Silva.
A pesar de los intentos de Baraja por cambiar la dinámica del juego, introduciendo a jugadores como Almeida y el capitán Gayà tras varios meses de ausencia, la remontada se convirtió en un sueño lejano. Entretanto, Las Palmas aprovechó la confusión y tomó ventaja con el gol de Moleiro, dejando al Valencia prácticamente incapaz de reaccionar.
El desenlace del encuentro fue tan doloroso como esperado, y la afición valencianista estalló en protestas a las puertas de Mestalla en un claro grito de desesperación. Un millar de seguidores se congregó en la salida del palco VIP, demandando cambios y arremetiendo contra la dirección del club. La situación se tornó caótica, con enfrentamientos menores y la presencia de fuerzas policiales para asegurar el orden.
Los jugadores, debiendo salir escoltados y con escasa presencia de aficionados ya en los alrededores, dejaron el estadio con un sentimiento de frustración palpable en el ambiente. La derrota ante Las Palmas ha dejado una marca honda en una afición que solo anhela tiempos mejores y que hoy siente que el abismo está cada vez más cerca.